Consiste en una serie de maniobras suaves, concretas y con un orden determinado que busca ayudar a la linfa, que puede estar estancada, a que llegue a los nódulos linfáticos y al torrente sanguíneo.
¿De que se trata?
Los elementos tóxicos son eliminados por el sudor y la orina, el líquido depurado vuelve al torrente sanguíneo.
En ocasiones, tras la operación desaparece la sensibilidad en esa zona y con estos masajes se recupera con normalidad. Lo ideal es que la técnica se lleve a cabo cuando pasen 1 o 2 días tras la intervención, ya que es preferible dejar el cuerpo descansar.
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